Bárbara Por Carlos Aguilar Sambricio abril 8, 2013 Secretos tras los muros Es común la mala costumbre de revisar el pasado con intenciones de revancha o de proselitismo. Hace falta templanza y el resto de virtudes cardinales a las que aspiraban los griegos para...
La brujería a través de los tiempos Por Carlos Aguilar Sambricio octubre 1, 2011 El Diablo que hay en nosotros La hibridación entre ficción y documental ha sido reconocida como una de las vertientes fundamentales del cine más inquieto del siglo XXI. Puede resultar sorprendente que, ya en el...
Adaptation. El ladrón de orquídeas Por Carlos Aguilar Sambricio mayo 20, 2010 Ingenio. Pensar en Charlie Kaufman es pensar en ingenio. Si hay algún guionista o cineasta que pueda ser considerado el heredero de Woody Allen en términos de pura brillantez, ése es Charlie Kaufman. El celebra...
Shijie / The World Por Carlos Aguilar Sambricio abril 20, 2010 China y el fin del comienzo La protagonista habitual del cine Jia Zhang-ke recibe como regalo unos prismáticos. Bajo comparaciones con el explorador Cristóbal Colón, es animada por la muchedumbre a ir a la azot...
How much Wood would… Por Carlos Aguilar Sambricio noviembre 14, 2009 La musicalidad del capitalismo Herzog es un cineasta de lo más atípico. Fascinado por soñadores que emprenden imposibles aventuras. Seducido por personajes que desafían la normalidad. Interesado, al fin y al c...
La vía láctea Por Carlos Aguilar Sambricio agosto 5, 2009 Harold Lloyd y la voz del actor mudo ¿Cómo dejar atrás una tradición de comicidad que ha funcionado en su objetivo de partir de risa a miles de espectadores? ¿Cómo saltar al vacío en busca de un nuevo lenguaj...
Neil Young: Heart of Gold Por Carlos Aguilar Sambricio marzo 1, 2009 Dulces sueños en Nashville Menos mediático que Dylan, Neil Young es también historia viva de la música de los últimos 50 años. El particular biopic de Todd Haynes sobre Zimmerman y el documental de Martin Sco...
¡Que viva México! Por Carlos Aguilar Sambricio enero 11, 2009 «Tengo especial cariño hacia esta película —además de por su carácter maldito— porque está impregnado del amor de un cineasta. Eisenstein amaba México. Su pasión por esa tierra iba más allá del hecho de que allí se hubiera producido la primera revolución del siglo XX. El flechazo le había sobrevenido con un trabajo de diseño teatral sobre la adaptación de una historia de Jack London que había tenido que realizar tiempo atrás...»